jueves, 11 de junio de 2015
UN AMOR ETERNO NACIDO CON LA CREACIÓN. TERCERA PARTE. CAPITULO TRIGÉSIMO. LOS TRAPOS SUCIOS SIEMPRE QUEDAN EN CASA
CAPITULO
TRIGÉSIMO LOS TRAPOS SUCIOS SIEMPRE QUEDAN EN CASA
El equipo de vela, reunidos con los
directivos que se desplazaron, acordaron un pacto de silencio. Los problemas de
la familia quedan en la familia. Si aquellos dos locos lo destapaban serían los
más perjudicados. Ahora lo importante era que los que allí proseguían, habían
hecho piña.
Concluida la cena, Ester se sentó con su
ordenador, en uno de los sillones de entrada, completando la información
recopilada durante la charla previa a la presencia de los directivos. El
Presidente del Comité Olímpico Español, solicitó permiso para acompañarle.
Mientras tomaba posesión en un sillón contiguo, le indicó su deseo de
conversar. De inmediato guardó los datos, cerró la sesión, para dejar su
ordenador en pausa y atender al directivo. Le pasaba como a su abuelo, esa
gente no le gustaba, eran demasiado políticos, velaban más por otros intereses
que por los de los propios deportistas. Pero era consciente que en ese mundo se
debía saber estar en cualquier situación.
Miró a la cara de su interlocutor mientras
su mano derecha arropaba su izquierda y se dispuso a prestar la máxima
atención. Conforme la conversación se iba desarrollando se sentía mejor. No era
de esos pedantes prepotentes que había conocido en otros estamentos de menor
categoría. Era un hombre llano, simpático, con una gran carga cultural, amén de
saber estar con todo tipo de personas y personajes. Le gustó la filosofía que
emanaba en aquella conversación. Partidario del equipo ante el individuo,
defensor del reparto del protagonismo. De la realización de cualquier actividad
en la vida, por amor a dicha actividad y no como imposición o como trabajo.
Especialmente en el deporte, aunque fuese de alta competición era
imprescindible disfrutar con lo que se hacía. Conforme se fueron adentrando en
otros terrenos no deportivos, la conversación se animaba. En ese intercambio de
informaciones le aseguró que había oído hablar de su abuelo. Le contaban
historias de ese individuo llamado Julián. Duro de convencer cuando tomaba una
decisión. En la federación trataron por todos los medios para que prosiguiera
en la alta competición. Habrían tenido campeón olímpico al menos en dos o tres
olimpiadas más. Le mostró su ilusión porque siguiera con entusiasmo y alegría
en ese deporte muchos años más, pues sin duda superaría a su abuelo. Aunque
matizó que eso importaba poco lo fundamental estaba en disfrutar y cuando no lo
hiciera, pues simplemente abandonara la competición. Aquel personaje le estaba
sorprendiendo. Tenía una idea preconcebida de ese tipo de directivos, pero
también sabía muy bien que su yayo siempre decía que no se juzgara a nadie sin
comprobar cómo era y especialmente cuando se equivocaba. Ahí era donde uno
podía descubrir el tipo de persona que era.
El caso es que tras finalizar esa charla que duró cerca de la hora,
luego estuvo compartiendo con el presidente y varios componentes del equipo.
Los enviados especiales para cubrir tan importante evento deportivo andaban
algo mosqueados con la presencia de la alta jerarquía del deporte español y
especialmente de la vela. Pero ante las preguntas todo el equipo contestaba que
era una visita programada para dar aliento a los deportistas tras mes y medio
de concentración. Pero al tratar de localizar al jefe de la expedición y al
deportista en cuestión se olieron algo. Pero ni por parte de ellos que salían
con intención de coger la mejor combinación para llegar cuanto antes a España,
ni a los componentes que se quedaban lograron sacar información. Todos
respondían lo mismo, incluso los dos desdichados. Abandonaban la concentración
por problemas familiares. Los reporteros más espabilados pensaron que con la
jovencita sería más sencillo averiguar el verdadero motivo de la presencia de
tanta jerarquía coincidiendo con el abandono de esos dos componentes de la
expedición, amén de su compañero de la clase Laser, que tampoco estaba presente
esas últimas jornadas.
Cuando Ester consiguió estar libre para ir a
su habitación y dormir, un par de periodistas, un hombre de un periódico
deportivo y una reportera de televisión, ambos de informativos españoles, le
abordaron. Solo eran un par de preguntas. Con su acostumbrada educación atendió
a los medios de comunicación regresando a los sillones de la entrada para
comenzar más que la entrevista, el interrogatorio.
Lo primero que abordaron fue donde se
encontraba su compañero de equipo. Sonrió, estaba convencida que lo sabían de
sobra pues había sido publicado cuando partieron de España. Consciente de la
estrategia les aclaró con esa sonrisa
que solía mostrar cuando alguien pretendía no saber una cosa.
Se
encuentra haciendo la selectividad en la embajada española en la capital india.
Tontearon como si se enteraran en esos
momentos de la situación y prosiguieron con la charla. El segundo punto de
ataque se refirió a la presencia de los directivos en la India. No había duda,
era la consigna acordada en el salón. Llevaban mucho tiempo fuera de casa,
trabajando duro y la presencia de los directivos estaba programada para dar
aliento a los deportistas mostrando al equipo el apoyo de todos los españoles y
en especial los del mundo de la vela. Mostrando esa concepción de equipo, donde
cada estamento del mismo cumple su misión para un objetivo común. El de todos.
Las medallas. Destacando la labor del equipo ante las individualidades. Esta
respuesta dio pie para profundizar más esa concepción poco conocida y
conversaron largamente sobre dicha filosofía. Basada principalmente en
minimizar la personalización de cualquier triunfo o fracaso para destacar al
equipo. Todos eran igual de importantes. Sin el trabajo de unos no se lograba
el de otros. De ahí esa importancia del equipo ante las individualidades.
La conversación tuvo que detenerse por unos
minutos. Ester pidió disculpas pero le llamaban de casa. Habló con sus padres
asegurando que todo funcionaba a las mil maravillas y que estaba disfrutando
como nunca. Tras despedirse de su padre y luego de su madre le confesó a esta
última
El abuelo
estará orgulloso de mi comportamiento y actitud. Pero ya tendremos tiempo de
hablar del tema.
Finalizada la conferencia con sus
progenitores la reportera de televisión le preguntó por el tema. Sonrió no perdían
el tiempo, por supuesto que era su trabajo, para salirle con lo que habían
estado hablando antes de interrumpir sus padres. Su abuelo siempre hablaba del
equipo y huía de la personalización de ahí que le comentara eso a mi madre.
No se quedó muy convencida pero esa cría
contestaba aparentemente sin pensar y eso le daba mayor veracidad a lo
expresado. Pero aun así no las tenía todas consigo.
Cuando pensaron que era el momento de coger
al toro por los cuernos una nueva llamada interrumpió a los tertulianos. Era
Vicente asegurando que todo marchaba de maravilla. Antes de veinticuatro horas
volverían a estar juntos. Solo le restaban los dos últimos exámenes. No duró
mucho la conversación. Le deseo suerte a la vez que un beso se perdía en el
auricular telefónico.
Bueno espero que una nueva interrupción no
se produzca. Iban a iniciar de nuevo las preguntas cuando se personó Rafael
para rescatarle. Rogaron la última y ante la aceptación de Ester, consintió
Han
expulsado de la expedición a...
Ester
no les permitió seguir.
Aquí no se
expulsa a nadie somos un equipo. Les han surgido unos problemas personales de
los que no soy yo quien debe comunicárselos. Y si ellos han preferido no
revelarlos nosotros no tenemos el derecho, ni el de insistir, ni el de indagar.
Simplemente nos toca comprender su decisión. Pues seguro que les hubiera
gustado seguir aquí. Uno no está dejándose la piel cuatro años para, a falta de
un mes, dejarlo por capricho.
La rapidez, la fuerza, pero especialmente la
convicción de lo que decía dejó a los periodistas descolocados. Se despidieron
de ellos y juntos en el ascensor subieron a las habitaciones. Rafael abrazó a
ese ángel que le sorprendía cada instante y se fueron a descansar.
Ese sábado hubo pausa. Los acontecimientos
precisaban asimilarse para retomar la nueva situación del equipo. Por la mañana tras unas horas de masajes y
relajación se metieron en la sala de reuniones para seguir exponiendo opiniones
y correcciones a lo comprobado con cada clase. Había detalles comunes a todas
pero otras eran muy diferenciadas de una clase a otra. Pero la jornada matutina
fue altamente provechosa.
Comieron, reposaron unos minutos la comida y
en taxi Rafael y Ester se dirigieron al aeropuerto para recoger a Vicente que
regresaba de su aventura de la selectividad.
El vuelo llegó puntual y el joven se
encontró con sus dos compañeros aguardando su llegada. No esperaba a Ester, a
Rafael sí y le resulto muy grata su presencia. Había salido muy contento de las
pruebas pero no conocería el resultado hasta que se lo dieran a sus compañeros
posiblemente dos semanas. De camino al hotel Ester le fue contando todo lo
sucedido en esos días. Se alegró que ese par de estúpidos se quedaran fuera.
Ahora se podría convivir como un auténtico equipo. Le habló de la iniciativa de
Rafael y de las consecuencias de las dos reuniones que tuvo toda la expedición
de vela, donde vivieron un clima de equipo increíble.
¡Pero de que se asombraba! ¡Su amiga era capaz de resucitar a un muerto!
Te juro que
cuando has comenzado a contármelo me parecía increíble, pero cuando uno
reflexiona se da cuenta que estando tú por medio nada es imposible. Eres
nuestro ángel de la guarda.
Ester trató de restar importancia a las
últimas palabras asegurando que eso era consecuencia de necesidad de todos de
constituir un equipo. Rafael intervino aseverando lo que ambos afirmaban pero
los líderes silenciosos eran imprescindible en un equipo que pretendía
resultados y ambos tenían madera. La vela de esa olimpiada sería grande gracias
a la influencia de sus líderes. Pero tenía toda la razón en asegurar que era un
objetivo del equipo olímpico desde hacía años, constituir un verdadero equipo y
todos colaboraron para ello. No menos cierto que para dar ese último empujón un
líder y precisamente el componente de menor edad había logrado que todos
creyeran en el proyecto.
Rafael a raíz de sus primeras palabras en la
conversación fue explicando a Vicente como se produjo todo el desenlace. La
capacidad de saber estar sin perder la compostura, ya difícil para un adulto,
ella supo llevarlo magistralmente hasta el punto que se ganó a toda la
delegación. Ciertamente la inmensa mayoría estábamos hasta las narices de los
dos elementos, pero había un par de compañeros que los aceptaban. Tras el comportamiento
y la injusticia que pretendían llevar a cabo se pasaron de inmediato al otro
lado. Luego le comentó la charla que él mantuvo con la corte mayor del deporte
de vela y del máximo representante del deporte español. Todo eran alabanzas
hacia ese equipo formado e influenciado por una líder de tan corta edad.
Por fin llegaron al hotel. Pasaron la tarde
analizando nuevos datos recogidos en esas dos reuniones con el resto del equipo
de vela. Vicente estaba alucinado. Nunca había ido a una competición con tanta
cantidad de información. Pero sabía muy bien, pues Ester lo había comentado en
varias ocasiones, en el momento clave tienes que decidir en décimas de segundo
y aunque ya se parta con algo de ventaja con toda esa información luego está la
realidad de la regata. Las rachas de viento pueden variar tanto en una regata
que puede influir en el resultado de la misma por mucha información que se
tenga. Luego el estado de la mar, los materiales, un despiste, amen que no era
fácil mantener la concentración durante las cuatro regatas. En fin que les
quedaba cerca de dos meses para seguir entrenando con entusiasmo y ganas.
Rafael les avisó que se hacía la hora de la
cena. Se les había pasado esas dos horas en su cuarto volando. Vicente se fue a
su habitación para asearse un poco y bajar al comedor.
El domingo deseaban entrenar, habría un buen
número de veleros y eso añadía aliciente a los entrenamientos. Andaban haciendo
una trazada cuando Ester vio la embarcación de Rajid. Como pasó muy cerca de él
se saludaron y quedaron en el comedor del Club Náutico cuando acabaran el
entrenamiento. Precisamente el equipo de vela comía ese día en el restaurante
del puerto deportivo. Comprobaron diversas maniobras y diferentes formas de
enfrentar la mar en las condiciones de viento, corrientes y oleaje de esa
mañana de domingo.
Duchados y con ropa de calle se acercaron a
la cafetería. Hacía escasamente unos minutos que aquel lobo de mar se
encontraba tomando unas cervecitas con uno de sus camaradas que le había acompañado
en su salida a navegar ese día. Se saludaron y aquel viejo les confesó que
andaba practicando consejos que aquellos muchachos les habían proporcionado y
se quedó asombrado de la eficacia de todos ellos. Aseguró que ahora salía todos
los días y que tendrían información antes de acabar el mes de cómo le había
ido.
Cuando Ester le preguntó con discreción si
había contactado con Maureen los ojos de aquel capitán mercante se encendieron
como lucecitas de Navidad, no había duda había conectado. Se abrazó a la niña
mientras le aseguraba que le había hecho el hombre más feliz de la tierra.
Nunca le olvidaría. Ester besó sus mejillas y le aseguró que ella tampoco.
Y eso que
espero vivir unos cuantos años más que tú.
Sonrieron y tuvieron que dejarlo, la niña
junto con su inseparable amigo, debían acudir a comer con el equipo.
Repuestas las energías suficientes para la
salida de esa tarde. Como su amigo hindú les dio algún consejillo lo aplicaron
de inmediato durante la tarde. Solo uno les fue útil para el tipo de
embarcación que utilizaban. Rafael andaba pendiente de nuestra pareja, estaba
asombrado y había depositado mucha confianza en esos jóvenes. Cada día
descubrían alguna maniobra nueva. La jornada que pensaba que no harían nada
novedoso, esa era la sesión que más cosas sacaban. Pero no era el único que los
seguía varios componentes de la delegación observaban también a la pareja.
Convencidos que los dos obtendrían medalla en la olimpiada, por supuesto
siempre y cuando todo fuera con normalidad, pues en la alta competición algo
que carece de importancia en la vela recreativa, puede ser crucial en una
competición y mucho más en una olimpiada.
Regresaron ya de noche al hotel, andaban
bastante agotados pero pletóricos, el mar les hacía recuperar energías internas
mucho más importantes que las físicas.
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