martes, 11 de febrero de 2014

UN AMOR NACIDO CON LA CREACIÓN- SEGUNDA PARTE - ANDREA - CAPITULO IV-

   CAPÍTULO CUARTO 


                                     RECUERDOS AMARGOS 

   Esa noche no pudo dormir, su mente regreso a esos duros momentos de su vida. Vivía en Madrid tras dejar la residencia Blúmer y regresar a casa, contaba con veinte años, reiniciando su primer trabajo como entrenador de natación sin horario fijo. Estaba muy ilusionado. Su padre se había ofrecido para montar un gran centro deportivo pero él le rogó un poco de paciencia primero quería bregarse en ese campo y después de unos años de rodaje analizar cómo habían ido las cosas donde había tenido problemas y como los solucionó y entonces y solo entonces tomaría la decisión de arriesgar un capital tan elevado. Su padre un trabajador nato, carecía de estudios pues las circunstancias de la vida no le habían permitido formarse, pero no le supuso un hándicap para triunfar en la vida. Observar la actitud y reacción de su hijo le emocionó profundamente. Su otra hija se parecía más a su madre un carácter seco frío y con demasiado obsesión por la imagen fashion, propia de la sociedad que provenía. 

   Aquella jovencita, aquella nadadora, nunca podría comprender el valor y el daño que le ocasionó para el resto de su vida. Cuando entró en el Club donde estaba contratado como entrenador contaba con dieciséis años. Alta, espigada, de una belleza externa inmejorable pero con un interior ruin, mezquino, e incluso canallesco. También es cierto que mucha culpa la tuvieron sus progenitores pero en ella estaba marcado el sello de sus padres. Tenía unas cualidades para la natación fuera de lo común. Había aterrizado en Madrid procedente de las islas Canarias y destacaba en el ambiente nacional e internacional en el deporte de la natación más concretamente en la especialidad de espalda. No pudo acceder a la última Olimpiada, por unas centésimas de segundo. Pero la única culpable de ello era ella. Su falta de disciplina, su desprecio hacia los compañeros, su soberbia y mil defectos más se lo impidieron. Tuvieron que emigrar de su tierra natal Tenerife por problemas que luego se iría enterando. 

   Julián estaba muy ilusionado pues aquella nadadora recién aterrizada en el club colaboraría a arrastrar a otras compañeras y compañeros que estaban destacando. Amen que con el nieven que traía se podía hacer una buena participación en los campeonatos tanto autonómicos como nacionales. Pero pronto se dio cuenta que aquella persona tenía la maldad en su alma e iba a ser una carga para el Club y para él. Aun así no desfalleció y trató por todos los medios a su alcance ganársela para la causa. El era un muchacho lleno de juventud con una gran preparación y su familia con una posición envidiable. Físicamente era atractivo, todo un atleta. Ese verano participaría en la olimpiada como regatista con su compañero de equipo en la categoría Star. 

   Tuvo que enfrentarse a situaciones delicadas y siempre mantenía grandes reflexiones con aquella joven. Le animaba a ser disciplinada si no quería perderse otra olimpiada. Hubiera sido la nadadora olímpica más joven de España si no hubiera hecho la tonta con su preparación pero como siempre decía eso era agua pasada ahora nos debemos concentrar en esta posibilidad. 

   Ya había comunicado al Club que a partir de enero dejaría de entrenar con el equipo pues se iba a preparar la olimpiada con su compañero y tras finalizar si estaban interesados regresaría. No le pusieron ni una sola pega y siguió al mando del equipo hasta el nuevo año. No acudió tampoco a ninguna competición local o comarcal pues todos los fines de semana, iba a Alicante o a Barcelona para entrenar con su compañero de equipo.  

   La joven nadadora se comportó, no sin crear algún que otro disgusto a los compañeros de trabajo de Julián. En el mes de Marzo logró la mínima en cien espalda para representar a España en la Olimpiada por lo tanto coincidiría con Julián en la villa olímpica. 

   Julián y su compañero estuvieron regateando durante una semana pero al final consiguieron lo que tanto sueña cualquier deportista ser oro olímpico. Julián tuvo la gran suerte que la vela se celebró a unos mil kilómetros de la piscina y cuando ella terminó su prueba antes de iniciar las finales de vela, regresó a España. Allí comenzó a fantasear con los compañeros de equipo asegurando que ella y Julián se entendía, prácticamente eran novios 

   A su regreso a la capital todo fueron atenciones y alabanzas a los campeones olímpicos. Recepciones en los ministerios, en la presidencia, con la realeza, con los alcaldes, situaciones por las que Julián detestaba pasar. Después de un mes largo de soportar aquel infierno pudo ponerse de nuevo al trabajo. 

   La primera acción que realizó fue mantener una seria conversación con su pupila. Reunión a todo el equipo y expuso las cosas claras tras las confirmaciones o desmentidos durante esos meses. 

   Ante todo quiso aclarar que él jamás mantendría una relación sentimental con ninguna persona que estuviera bajo su mando.  Luego felicitó a su representante olímpica. Destacando su participación en la Olimpiada. Pero que dejaba la natación de competición para dedicarse de lleno a la natación de bebes y a sus estudios en el INEF.

   Una enfermedad de Rogelio el director técnico del club le llevó a sustituirlo, para el primer campeonato del mundo de Belgrado 73, un año después de la olimpiada de Múnich 72 ya que conocía bien a las dos nadadoras del Club que participaban.

   En el inicio de Septiembre, en Belgrado Yugoslavia, los padres de la joven se convoyaron para tenderle una trampa al joven entrenador. En los campeonatos del mundo, después de desayunar en el hotel decidieron realizar una visita turística en esa jornada que tenían de descanso. Alegando que se encontraba mal se quedó en su habitación. Julián debía resolver unos asuntos con los artículos que solía escribir para revistas especializadas y decidió quedarse en el hall del hotel. A media mañana una de las recepcionistas se aproximó con el teléfono para que atendiera una llamada. Se puso al aparato y escuchó las quejas de la joven. No dudó un solo instante y subió a la habitación, solicitó permiso para entrar, concedido entró dejando la puerta abierta. Nada mas aproximarse a la cama le indicó que tenía la espalda enganchada y no podía moverse. Iba a abandonar la habitación para buscar un fisioterapeuta y resolver el problema cuando le retuvo asegurando que con un sencillo masaje en el costado se le pasaba. Ya le había sucedido otras veces. Iba con un pijama, se levantó, simulando dolor, la prenda superior dejando la zona de los riñones hasta las paletillas al descubierto, luego bajó ligeramente el pantalón justo hasta el inicio de la hucha. Dudó unos instantes y se decidió a aplicarle un masaje en la zona de los lumbares. Tenía el móvil en la mano y cubriéndolo con la almohada, pulso el botón que tenía preparado, contó hasta treinta e inmediatamente se bajó los pantalones hasta las rodillas. No le dio tiempo a reaccionar pues inmediatamente comenzó a chillar representando el papel de una chica en pleno acoso. No había iniciado esos gritos cuando entraban por la puerta los padres de la joven con un recepcionista que teóricamente iba a abrirles la puerta para ver a su niña. 

   La policía se presentó en el recinto hostelero y detuvieron a Julián. Estaba desconcertado, indefenso, aún saliendo bien parado de aquel momento. No se explicaba cómo había gente capaz de destrozar una vida por el mero hecho de sacar unas pesetas. A las cinco horas se presentaba el padre de Julián acompañado de su abogado. Habían contratado un reactor privado para estar cuanto antes junto a su hijo. Por medio del teléfono contactaron con los dos letrados en Yugoslavia previa información. Estos se personaron en la comisaría donde retenían a Julián para iniciar de inmediato su defensa. El joven relató punto por punto todo lo sucedido. Tras saludar a su padre y abogado en compañía de los letrados nacionales se fueron al hotel y comenzaron a analizar toda la información que tenían, denuncia, declaración de empleados, de nadadores. Por fin tras cerca de cuatro horas los letrados junto al abogado español aconsejaron al padre pagar una cantidad para que retiraran la denuncia. Posiblemente en un juicio ganaran pero eso les llevaría tiempo y un gran desgaste personal. Los abogados se pusieron de inmediato en contacto con los padres de la joven. Les exigían cien millones de pesetas. Se mantuvo un pulso entre ambos y al final cedieron por sesenta y cinco millones. Retiraron la denuncia entregaron la cantidad y Julián salió de la comisaría. Ya en España en su casa se enteró de lo ocurrido. Su enfado fue monumental sin mediar palabra se presentó en el despacho de su padre tras un fuerte enfrentamiento con su progenitor y sin despedirse de nadie con el equipaje que llevaba se fue hacía Donostia. Tenía el dinero por su medalla de oro en los últimos juegos olímpicos y con ello podría vivir durante un cierto tiempo hasta que consiguiera un trabajo estable. Llamó a su compañero de equipo en la clase Star con el que compartió y ganó la medalla de oro. Fue Sara la esposa y amiga de Julián quien no consintió que se fuera a una fonda. Le invitó a su casa. Vivía a las afueras de Donostia y tenía dos chalet uno junto al otro. En uno vivía él y el otro lo utilizaban sus padres muy de vez en cuando. Podía quedarse en el cuanto tiempo precisara. Tenía en mente vengarse de aquel matrimonio y su hija. Si algo le fastidiaba por encima de todo era precisamente esa gente sin escrúpulos. 

   Al mes de su preinstalación en Donostia inicio una investigación por su cuenta. Siguiendo un método, que había leído en unos manuales en la biblioteca sobre formación de detectives, logró información del matrimonio. Habían extorsionado a más de veinte empresarios de las islas siguiendo métodos parecidos a los empleados contra él. En sus pesquisas se enteró que estos en conversaciones privadas se confesaron de las artimañas de ese matrimonio y cuando iban a intervenir escaparon de la isla como cordero corre ante un lobo. A la pareja no se le conocía ocupación alguna y sus cuentas iban engordando con el paso del tiempo. Se puso en contacto con todos los personajes que logró descubrir a los que había estafado aquel matrimonio y juntos prepararon una estrategia para, amén de terminar con sus fechorías, pagaran por todo lo que habían hecho. 

   Regresó a Madrid instalándose en casa de Teresa pero esas Navidades decidió visitar a sus padres.

   Contrataron detectives privados y con toda la información lo presentaron al juez. Realizaron la pertinente denuncia y las pruebas ordenaron el ingreso en prisión del matrimonio y la custodia en un centro de menores a la joven. No se les permitió salir bajo fianza por el alto riesgo de fuga. Poco a poco se fueron aclarando las cosas, el equipo de abogados estaba preparado para esa primera toma de contacto. En un momento de dicha vista Julián cruzó su mirada con aquel trío de indeseables y la cara de odio reflejada en sus rostro le aterrorizó más que unos años más tarde le provocó la nota que le envió E. T. A. . Al salir, era pronto, quedó con su padre en acudir a casa a comer y visitar a la familia. Como los dos se desplazaron en coche optaron por ir `por su cuenta. Mientras su padre puso rumbo a la mansión, él se acercó al piso que compartía con Teresa. Recogió su maleta para instalarse ese fin de semana con la familia. Un fuerte abrazo dio concluido su hospedaje con su amiga. 

   Al llegar a casa su madre salió lanzándose a sus brazos. Fue un encuentro emotivo y lleno de perdones y disculpas. 

   Recordaba que durante ese fin de semana sus padres le rogaron que se instalara en el palacete de Donostia aceptando. Esa casa era algo especial para él, pero si se decidió fue principalmente al partir la idea de su hermana. Pues sus padres podrían ir sin problemas cuando les apeteciese encontrado la vivienda en funcionamiento. Su hermana cuando iba a Donostia siempre se alojaba en la mansión de la familia de su esposo. Esa primera noche su padre le confesó que estaba muy orgulloso de él no solo por como se había enfrentado a la vida. El sacar esas oposiciones nada fáciles en tan poco margen de tiempo pero especialmente en como mantenía sus principios. Ahora él se daba cuenta de la razón que apoyaba a su hijo. Hubiera preferido ir a la cárcel antes de proporcionarles ni un solo duro aquellos desalmados. Era consciente que esa forma de actuar era la correcta pero también era sabedor que le acarrearía más de un problema. Les entregó el primer libro que había editado sobre la natación y el éxito que había obtenido especialmente en Suecia. El domingo debía regresar pues al día siguiente tenia clase, le rogó que cogiera un coche del garaje. Así podrían disfrutar más de su compañía y luego lo tendría en Donostia para su uso. Bajaron juntos al garaje en compañía de su madre y se acopló en el que solía coger cuando vivía allí. Unos últimos abrazos de despedida y regreso a Donostia.

    Recordaba lo duro y prolongado de aquel juicio pero al final el matrimonio ingresó en prisión y sus cuentas fueron bloqueadas y embargadas para reconstituir en parte el daño causado. 

   La batalla fue larga pero tras dos años en los que terminó como pudo su carrera, ganó aquel largo proceso judicial y regresó a Donostia. 

   De inmediato estudió las oposiciones a profesor de bachiller y la E.S.O. y en la primera convocatoria logrando un puesto de trabajo en el centro educativo donde seguía en la actualidad dando clases. Unos años más tarde obtuvo la plaza en la universidad de Victoria. Sus publicaciones, sus investigaciones en el mundo del deporte y la educación le proporcionaron una fama reconocida. Sus constantes ataques a los ultra nacionalistas y su mano armada E. T. A. le acarrearían innumerables enemigos pero el abuso, la extorsión, las amenazas, las muertes provocadas por esa banda le asqueaban y siempre que podía arremetía duramente contra ellos. 

   Cuanto había llovido desde entonces, pero de nuevo regreso a sus segundos pasos por Donostia. Los primeros ya los dio con pañales dos décadas y pico atrás. A el inicio de las pesquisas.

   Vaya torrente de recuerdos le llegaron esa noche. La amenaza lanzada por la madre de Andrea no le preocupaba lo más mínimo, aunque era consciente que una nueva denuncia aunque sin fundamentos le podría acarrear graves consecuencias especialmente esos últimos tiempos donde sus artículos eran verdaderas puyas a una sociedad autoritaria, nacionalista, machista pero sobre todo intolerante. Pero si fue capaz de luchar cuando comenzaba a crecer ahora en su declive poco le iba a importar las presiones. Nadie podría doblegar sus principios y lucharía hasta la extenuación por defender sus ideas, aunque era consciente que nadie estaba en posesión de la verdad y mucho menos él. Otra de las reflexiones que hacía con su alumnado. Defender vuestras ideas, luchar por vuestra verdad y recalcaba mucho esas dos palabras. 

   De nuevo los recuerdos de tiempos atrás. Unas lágrimas se deslizaban por su rostro al recordar aquella mañana sobre las cinco de la madrugada, con el llanto al otro lado del teléfono confesándole su madre que papá estaba muy enfermo. Fue al aeropuerto y le importó un pepino el coste de un reactor particular. Lo alquiló y se personó en casa en menos de dos horas. Que largo se hicieron esas cuatro horas que su padre luchaba por mantener el aliento. Escuchar a su padre pidiendo perdón por no respetar su opinión en el caso de aquel matrimonio le conmovía el alma. No era momentos de lamentaciones eran instantes de compartir cada segundo de vida que le quedaba. Lloraba como un chiquillo y eso que nunca había sido un muchacho llorón. Era vasco y por si fuera poco en la época del dictador, llorar en un chico era como firmar su feminidad y de inmediato alguien te llamaba maricón. Que tiempos ¡Dios! Dios nos libre de volver por esos derroteros, masticaban las palabras en su cerebro. En varias ocasiones comparaba a la banda de E. T. A. con el dictador, pues empleaban métodos bastante parecidos a los de régimen. Cuando eso lo reflejaba en algún artículo la gente se lo comía. Habían sido los únicos en la luchar contra el dictador. El se sonreía de la ignorancia de algunos y les replicaba sin el menor temor en los Chat. 

   Lo último que se escuchó en aquella habitación fue papá, papá mientras las lagrimas y los llantos musicalizaban el espacio de aquella habitación.      

   Se tomó una semana de vacaciones. En esas condiciones le era imposible proseguir impartiendo clases. Luego le descontaron esos días del sueldo. Tampoco le preocupó, no era una persona amante del dinero, otra cosa no le faltaba. Y menos cuando regresó a Donostia, su padre en el testamento les adelanto una buena cantidad de la herencia, dejando a su madre la mayor cantidad de los bienes. Con ese dinero que le dejó hubiera podido vivir el resto de sus vidas. También heredó el palacete de Donostia y la mansión de Madrid se la donó a su hermana con la condición que mientras viviera mamá no podrían venderla ni alquilarla.  

   Miró el reloj y las manecillas indicaban las seis de la mañana. No había podido pegar ojo. Se metió en la ducha y se dio un buen masaje con los chorros al máximo, se enjabonó, puso champú en el pelo y tras el correspondiente enjuague de espumas salió secándose para ir al lavabo y comenzar el afeitado. Se vistió, entró en la cocina, se preparó el zumo, unas tostadas con fiambre y un buen tazón de leche con tres cucharas de azúcar y dos de café instantáneo. Después de pertinente aseo bucal, Salió del palacete y puso rumbo al centro educativo. Faltaban más de cuarenta minutos para iniciar su primera clase, precisamente era el grupo de Andrea. Le extrañó que no le telefoneara esa noche pero se imaginó que su madre tal y como reaccionó se lo habría confiscado. Antes de salir del coche el jefe de estudios salió a su encuentro. La profesora Artea tutora de tercer curso letra B había cogido la baja por maternidad y le solicitaba a título personal si se podía hacer cargo de la tutoría. Llevaba ya un quinquenio sin ser tutor. Había desempeñado dicho cargo durante más de veinte años y en la actualidad no se encontraba con ánimos ni con tiempo para añadir una carga más a su ya condensado trabajo. Pero por un lado era el aula de Andrea que tras la evaluación inicial era la de mayor dificultad de todos los grupos de la secundaria y por otro lado era una petición expresa y pidiendo ayuda de un compañero al que apreciaba. El respiro del director pedagógico era manifiesto, sabía a ciencia cierta que de no aceptarlo, era al único que no podía obligar pues tenía el horario completo, le habría tocado bregar con el personal imponiéndoselo a alguno de los que tendían guardias. No era de los directivos que les agradase tomar decisiones en contra del personal. Sabía que para mantener un buen ambiente de trabajo y por tanto de rendimiento en el centro era necesario los mínimos choques entre el personal. Además al aceptar Julián tendría una buena herramienta para defender ante los críticos la integridad de aquel profesional. Caminaron juntos desde el aparcamiento hasta el despacho. Julián le solicitó los expedientes de los alumnos y las indicaciones a seguir tras la evaluación inicial. No había nada de nada. Le prometió que contactaría con Artea y de inmediato se lo llevaría a la clase. Julián sabía con certeza que esa profesora no se distinguía precisamente por su profesionalidad y estaba convencido que no le llevaría ningún documento. Antes de ir al patio para recibir a sus alumnos se dejó ver por secretaría rogando que le tuvieran preparada toda la documentación que pudieran tener sobre el tercer curso de secundaria grupo B. Con anterioridad se había agenciado información de ese grupo para impartir su asignatura pero al tenerlos que llevar como tutor precisaba de mucha más información. Quería conocer toda la trayectoria de esos chicos como mínimo a lo largo de la secundaria y a ser posible de primaria e infantil. Era consciente que cualquier dato que le proporcionaran sobre el grupo le permitiría un número más elevado de alternativas para poner soluciones eficaces. Especialmente recuperar a un buen número de ellos. En la evaluación inicial había sido el grupo con peores resultados del centro. Mientras salía al patio para impartir su clase le llegó a la mente las notas iniciales de Andrea eran muy bajas, nada acordes con sus capacidades, aunque no le había tratado en exceso, su manera de conversar, de desenvolverse, no era propia de una alumna con esos resultados. Sin duda, amén de ser inmigrante ese primer curso, debía haber algo más de fondo. En sus años de tutor captaba perfectamente las situaciones de sus alumnos. Es cierto que siempre alguien se le escapaba pero diagnosticaba con gran acierto las circunstancias o las sospechas de sus pupilos. Vio llegar cabizbaja y triste a Andrea. Cuando cruzó su mirada con él le regaló una sugestiva mirada, pero no entabló conversación porque sabía que su madre le estaba controlando y no quería comprometer a su maestro. Entró en vestuarios y se cambio con el resto para salir antes de sonar el timbre e iniciar la clase de educación física de esa mañana. Julián pudo constatar como la madre de Andrea permaneció al otro lado de la valla del centro controlando la salida de su hija de vestuarios. Al verle salir, se puso de inmediato a calentar pues así se lo había pedido Julián al inicio del curso. Alguien posaba su mano en el hombro de la mujer y al girarse se fundían en un beso casi de adolescentes. Julián pensó que había regresado su padre. Sería un buen momento para hablar con él sobre la marcha de Andrea y su falta de adaptación al nuevo ambiente. Debía reaccionar lo más rápido posible para que no afectara a la joven en sus estudios pero especialmente en su vida personal. Tras los establecidos diez minutos para el calentamiento, les reunión para comunicarles que se hacía cargo de la tutoría hasta que regresara de su convalecencia su tutora. La exclamación de júbilo se pudo escuchar hasta la tercera planta del edificio pero del lado opuesto. Antes que Andrea abandonará la agrupación para ir a su emplazamiento en la sesión de ese día Julián le comentó.


   - Ahora que me ha tocado tutoraros y aprovechando que papá está en casa me gustaría mantener una reunión con él para tratar tú marcha educativa.     


   Andrea se extrañó, Papá no iba a regresar hasta el mes próximo y en un tono de voz que reflejaba extrañeza. Le confesó.


   - ¿Quién te ha dicho que mi padre está en casa?


   De inmediato Julián comprendió todo lo sucedido aquella tarde noche. Sin duda Andrea era consciente de la infidelidad de su madre y precisamente de eso deseaba hablar con él esa noche.

   Reaccionó de inmediato, solicitándole la agenda. Expresó en las hojas para los padres la intención de reunirse con ellos para hablara de su hija. Andrea sonrió y de inmediato entró en los vestuarios y le entregó la agenda. Luego mientras él escribía en el medio de comunicación entre el profesorado y los padres le comentó

 

  - En el recreo me gustaría hablar contigo sobre lo sucedido ayer.


   Julián confirmó la solicitud de su tutorada y no quiso entrar en más detalles.



toria hasta que regresara de su convalecencia su tutora. La exclamación de júbilo se pudo escuchar hasta la tercera planta del edificio pero del lado opuesto. Antes que Andrea abandonará la agrupación para ir a su emplazamiento en la sesión de ese día Julián le comentó.

 

   - Ahora que me ha tocado tutoraros y aprovechando que papá está en casa me gustaría mantener una reunión con él para tratar tú marcha educativa.    

 

   Andrea se extrañó, Papá no iba a regresar hasta el mes próximo y en un tono de voz que reflejaba extrañeza. Le confesó.

 

   - ¿Quién te ha dicho que mi padre está en casa?

 

   De inmediato Julián comprendió todo lo sucedido aquella tarde noche. Sin duda Andrea era consciente de la infidelidad de su madre y precisamente de eso deseaba hablar con él esa noche.

   Reaccionó de inmediato, solicitándole la agenda. Expresó en las hojas para los padres la intención de reunirse con ellos para hablara de su hija. Andrea sonrió y de inmediato entró en los vestuarios y le entregó la agenda. Luego mientras él escribía en el medio de comunicación entre el profesorado y los padres le comentó

 

  - En el recreo me gustaría hablar contigo sobre lo sucedido ayer.

 

   Julián confirmó la solicitud de su tutorada y no quiso entrar en más detalles.